Nuestra dignidad como seres pensantes, como una mitad de la humanidad, exige que nos interesemos cada vez más por nuestra condición en la sociedad. En el taller, somos más explotadas que los hombres; en el hogar, tenemos que vivir con los caprichos de un marido tirano. Teresa Claramunt, "A la mujer", revista Fraternidad, Gijón, 1899 En los primeros años del siglo XX, los anarquistas …