Nuestra dignidad como seres pensantes, como una mitad de la humanidad, exige que nos interesemos cada vez más por nuestra condición en la sociedad. En el taller, somos más explotadas que los hombres; en el hogar, tenemos que vivir con los caprichos de un marido tirano. Teresa Claramunt, "A la mujer", revista Fraternidad, Gijón, 1899
En los primeros años del siglo XX, los anarquistas españoles -tanto hombres como mujeres- expresaron su visión de una sociedad comunal no jerárquica en la que mujeres y hombres participarían en pie de igualdad. Sin embargo, en la España anterior a la Guerra Civil, la mayoría de las mujeres no estaban ni mucho menos "preparadas" para participar con los hombres en la lucha por la realización de esta nueva visión del mundo. Aunque el movimiento anarcosindicalista organizado en la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) estaba orientado principalmente a las luchas en los centros de trabajo, la mayoría de las mujeres españolas no eran trabajadoras de las fábricas. Muchos de los que tenían un empleo remunerado -sobre todo en la industria textil- trabajaban a domicilio, cobraban a destajo y no estaban sindicados. Las mujeres que trabajaban y tenían familia seguían teniendo un doble trabajo como amas de casa y madres. Las formas particulares de opresión de las mujeres en España, como en otros lugares, las mantenían concretamente subordinadas a los hombres, incluso dentro del movimiento revolucionario anarquista. Si las mujeres querían participar activamente en la lucha social revolucionaria, esto requería una "preparación" especial, una atención especial a las realidades de su subordinación y a sus experiencias vitales particulares.
Una revista como punto de partida para una lucha feminista no mixta...
En mayo de 1936, tres mujeres, grandes figuras del anarcosindicalismo español, Lucía Sánchez Saornil [1], Mercedes Comaposada [2] y Amparo Poch y Gascón [3], fundaron la revista Mujeres Libres. Se publicaron diecisiete números hasta el otoño de 1938.
Mujeres Libres", la elección de estas dos palabras no fue puramente accidental. Queríamos dar a la palabra mujer un contenido que se le había negado muchas veces. Al asociarlo con el adjetivo libre nos definimos como absolutamente independientes de cualquier secta o grupo político, buscando reivindicar un concepto -mujer libre- que, hasta ahora, ha estado manchado de interpretaciones equívocas que menosprecian la condición de la mujer, al tiempo que prostituyen el concepto de libertad, como si ambos términos fueran incompatibles... Si nuestras fuerzas están a la altura de nuestras aspiraciones, hay muchas razones para creer que podremos desarrollar plenamente el plan que hemos concebido en torno a la elevación cultural de la mujer, que tantos beneficios puede aportar a la causa de la revolución. Porque las cosas no van a parar con la revista. Lucía Sánchez Saornil Emma Goldman les da inmediatamente su apoyo y anima a las mujeres españolas a hacer su propia revolución dentro de la revolución comunista libertaria:
"No puede haber una verdadera emancipación mientras exista el predominio de un individuo sobre otro o de una clase sobre otra. Y mucho menos realidad habrá emancipación de la raza humana mientras un sexo domine al otro. Ahora os toca a vosotras, mujeres españolas: romper vuestras cadenas. Ha llegado el momento de elevar vuestra dignidad y vuestra personalidad, de reclamar con firmeza vuestros derechos como mujeres, como individuos libres, como miembros de la sociedad, como camaradas en la lucha contra el fascismo y por la revolución social."
Y fue un éxito: Mujeres Libres se convirtió en la primera organización feminista proletaria autónoma de España. España ya había conocido otros movimientos feministas, pero la originalidad de Mujeres Libres, una organización pionera, fue haber querido y conseguido reunir principalmente a feministas de la clase trabajadora, mientras que la mayoría de los movimientos feministas reclutaban miembros principalmente de la burguesía, o de las clases medias. De hecho, aunque había muchas mujeres en los sindicatos de algunas industrias, como la textil y la de la confección, pocas mujeres tenían voz. Las mujeres sindicalistas son conscientes del número de compañeros que los sindicatos pierden o alejan. Mary Nash [4], en su libro Rojas, relata una huelga de cuatro meses en algunas fábricas de pasta catalanas en 1915, cuyo objetivo era excluir a las mujeres de la producción, con el pretexto de que ocupaban puestos de trabajo masculinos, e imponer normas laborales que les impidieran realizar trabajos manuales en las fábricas. De hecho, la mayoría de los sindicatos españoles de la época consideraban que, al margen de cualquier principio, el trabajo femenino suponía una amenaza injusta para las condiciones laborales y los niveles salariales existentes.
"Los hombres no sabían cómo integrar a las mujeres como activistas. Los hombres, e incluso muchas mujeres, seguían viéndolas como activistas de segunda categoría. Para la mayoría de los hombres, creo, la situación ideal era tener una compañera que no se opusiera a sus ideas, pero que en la vida privada fuera más o menos igual que los demás. [...] Por ejemplo, cuando los hombres eran encarcelados, las mujeres tenían que cuidar de los niños, trabajar para mantener a la familia, visitarlos en la cárcel... En este sentido, las compañeras eran muy buenas, pero para nosotras no era suficiente. Eso no era militancia. Testimonio recogido por Martha A. Ackelsberg (5), en Mujeres Libres. El anarquismo y la lucha por la emancipación de las mujeres, Virus, Barcelona, 1999.
Mujeres Libres fue y sigue siendo original sobre todo en este aspecto. También fue original en los objetivos que se marcó y en lo que se diferenciaba de las organizaciones feministas tradicionales. Mientras que para las segundas no se trataba de cuestionar el papel tradicional de las mujeres o las estructuras sociales que las confinaban en su condición de dependientes, sino simplemente de elevar su nivel de conocimientos para cumplir mejor su papel de esposas y madres, Mujeres Libres, en cambio, que es un movimiento político vinculado ideológicamente al anarquismo, desafía estas estructuras y, si se dirige a las mujeres del pueblo, es para que tomen conciencia de sí mismas como mujeres, como productoras, y para acercarlas a las ideas libertarias. "Mujeres Libres" pretende crear una fuerza femenina consciente y responsable que actúe como vanguardia de la revolución. La revolución social debe revolucionar también la condición de las mujeres, que deben librar dos batallas para abolir las relaciones de explotación: una fuera, contra la sociedad tal como es, otra dentro, contra la propia familia (padres, marido, hijos...). Se trata de "emancipar a las mujeres de la triple esclavitud a la que generalmente han estado y siguen estando sometidas: esclavitud de la ignorancia, esclavitud como mujeres y esclavitud como productoras". Su defensa de la lucha separada no sólo se basaba en el compromiso con la acción directa y la satisfacción de las necesidades expresadas por las mujeres afectadas. Se desarrolló a partir de un análisis de la naturaleza particular de la sociedad española y su impacto en el movimiento anarquista. Mujeres Libres insistió en que, en este contexto, la acción conjunta entre hombres y mujeres sólo perpetuaría los patrones existentes de dominación masculina. En este caso, la lucha por separado era especialmente necesaria porque era la única manera de permitir la preparación efectiva de las mujeres y de desafiar el sexismo de los hombres. La mayoría de las mujeres libres son trabajadoras. De 1936 a 1939, condujeron tranvías y negociaron con el sindicato de transportes de Madrid la apertura de una escuela de conducción para sustituir a los hombres que habían ido al frente. Abrieron centros de formación profesional, aprendieron a disparar y a lanzarse en paracaídas. Sin embargo, se vieron obligados a mendigar a los sindicatos para conseguir el menor local y la menor subvención. Se reflexionó mucho sobre la mejor manera de educar a los niños, favoreciendo "el método de ayudar a cada niño a desarrollar su riqueza intrínseca, evitando los castigos y los premios, y evitando la "competencia mezquina". Se concede un lugar importante a la puericultura y a la educación sexual, definida, en palabras de la época, como "el conocimiento del funcionamiento fisiológico de nuestro organismo, especialmente el aspecto eugenésico y sexológico". En Barcelona, Mujeres Libres fue responsable de la creación de la Casa de la dona treballadora y de la campaña de reinserción de las prostitutas en los Liberatorios de prostitución. La prostitución es objeto de una fuerte oposición. Su objetivo no era gestionarlo, sino erradicarlo, haciendo a las mujeres económicamente independientes y llevando a cabo una profunda revolución social y moral. También lamentan que muchos de sus compañeros varones frecuenten los burdeles. La poetisa y escritora anglo-australiana Mary Low [5] también señala:
Las prostitutas acabaron velando por sus propios intereses y fueron capaces de hacer valer sus derechos. Un día se dieron cuenta de que ellos también podían encontrar su lugar en la revolución. Así que echaron a los propietarios de las casas donde trabajaban y ocuparon los lugares de trabajo. Se proclamaron iguales a todos. Después de muchos debates acalorados, crearon un sindicato afiliado a la CNT. Todos los beneficios se reparten a partes iguales. En la puerta de cada burdel, un cartel sustituía al Sagrado Corazón de Jesús. Decía: SE TE PIDE QUE TRATES A LAS MUJERES COMO AMIGAS. Por orden de la comisión. En Cuadernos de la Guerra de España.
En su apogeo, en 1938, Mujeres Libres contaba con más de 20.000 mujeres afiliadas.
Mujeres Libres y la CNT...
El 20 de agosto de 1937 se celebró en Valencia el primer y único congreso de la Federación Nacional de Mujeres Libres, con delegaciones de Barcelona, Cuenca, Elda, Guadalajara, Horche, Lleida, Madrid, Mondejar, Tendilla, Valencia, Yebra, etc. Mujeres Libres pretende ser el cuarto pilar del movimiento libertario español. En 1937, Mercedes Comaposada y Lucía Sánchez Saornil se reunieron con Marianet (Mariano Vázquez, secretario nacional de la CNT y líder implícito del movimiento libertario) para discutir el reconocimiento de Mujeres Libres como organización autónoma dentro del movimiento.
"Explicamos una y otra vez lo que estábamos haciendo: que no tratábamos de alejar a las mujeres de la CNT, sino que, de hecho, intentábamos crear una situación en la que pudieran abordar cuestiones específicas de las mujeres para convertirse en activistas eficaces en el movimiento libertario. Al final dijo: "De acuerdo. Puedes tener todo lo que quieras -incluso millones de pesetas para organización, educación, etc.- siempre que trabajes duro para conseguirlo. Podéis tener todo lo que queráis -incluso millones de pesetas para organización, educación, etc.- con la condición de que también trabajéis en los temas que nos interesan, no sólo en los de la mujer". Testimonio de Mercedes Comaposada recogido por Martha A. Ackelsberg. En octubre de 1938, hubo una gran decepción cuando el movimiento libertario y la CNT se negaron a considerar a la Federación Nacional de Mujeres Libres como uno de sus componentes específicos.
"El último y más dramático episodio de la lucha por el reconocimiento de Mujeres Libres tuvo lugar durante el pleno de la CNT de octubre de 1938, donde la organización fue admitida con muchas reservas. Finalmente, los delegados presentes tuvieron que expresar su opinión sobre la demanda de la organización de mujeres. Si de entrada indican que están dispuestos a darle apoyo moral y material, no por ello se declaran menos contrarios a concederle, junto a la CNT, la FAI y la FIJL, el estatus de cuarta rama del movimiento libertario:
- 1. Como el anarcosindicalismo no admite la diferencia sexual, una organización exclusivamente femenina no puede pretender ser anarquista; 2. la existencia de Mujeres Libres es confusa porque el movimiento realiza tareas que son responsabilidad de los sindicatos. Por lo tanto, Mujeres Libres ya no debe funcionar como una organización autónoma, sino que debe limitarse a trabajar dentro de los sindicatos y los ateneos. Esta posición podría considerarse como una expresión de la cultura profundamente masculina que inspiraba a los militantes de la CNT. Pero también es, en nuestra opinión, el efecto de la fuerte cultura organizativa que los anima. Es importante tener en cuenta lo que hace que Mujeres Libres sea radicalmente diferente de otras organizaciones de mujeres, de la AMA o de la secretaría de mujeres del POUM: mientras que éstas eran las ramas femeninas de organizaciones predominantemente masculinas, Mujeres Libres debe su existencia a la única voluntad de algunas mujeres de la CNT, que impusieron su creación sin consultar a las autoridades de la organización matriz. Si, al hacerlo, el movimiento fue coherente con la ideología anarquista que decía seguir, está claro que pagó un alto precio por su feroz deseo de autonomía, un separatismo incomprensible para muchos activistas. Miguel Chueca [6] en Agone n° 43: ¿Cómo perturba el género la clase?
Mujeres Libres se disolvió en los últimos meses de la República Española, cuando la derrota del ejército republicano ya no era dudosa, al caer Cataluña, el bastión de la asociación. Muchos de ellos fueron detenidos, torturados, encarcelados y muchos terminaron su vida en el exilio.
"Las fundadoras de Mujeres Libres en Cataluña, al final de sus vidas, confían en las nuevas generaciones para que continúen su lucha hasta la plena liberación de la mujer, pero aún queda mucho camino por recorrer para conseguirlo. Concha Liano [7] en 2012.
Femmes Libres Saint-Etienne
Notas
1. Lucía Sánchez Saornil (13 de diciembre de 1895-2 de junio de 1970), poeta, anarquista y activista feminista. Miembro de la CNT y de Solidaridad Internacional Antifascista (SIA), es conocida por sus publicaciones en numerosos periódicos. Abiertamente lesbiana, se veía obligada a utilizar un seudónimo masculino para hablar de la homosexualidad, que entonces estaba penalizada y era objeto de censura. Participó en varias revistas anarquistas, como Tierra y Libertad. Exiliada durante un tiempo en Francia, regresó a España en 1942 para escapar de la deportación y vivió escondida hasta 1954. La revista Agone publicó amplios extractos de un artículo de Lucía Sánchez Saornil en Solidaridad Obrera, del 8 de noviembre de 1935, reproducido en Le Monde Libertaire nº 1729 (23-28 de enero de 2014), en el que rechaza la propuesta de una "página femenina" en Solidaridad Obrera y anuncia su deseo de crear "un órgano independiente al servicio de los fines que me he propuesto". 2. Mercedes Comaposada (14 de agosto de 1901-11 de febrero de 1994), abogada, profesora, directora de la revista Mujeres Libres, estuvo bajo la protección del secretario de Picasso en el exilio y participó en revistas durante toda su vida, entre ellas Tierra y Libertad. Desgraciadamente, sus archivos y el manuscrito del libro que quería publicar han desaparecido. 3. Amparo Poch y Gascón (15 de octubre de 1902-15 de abril de 1968), una de las primeras mujeres que se licenció en medicina, a pesar de su origen humilde. Autora de En la vida sexual de las mujeres, libro en el que abogaba por la libertad sexual y la bisexualidad. Terminó su vida en el exilio en Francia, tras muchos años de servicio en el Hospital Joseph-Ducuing (antes conocido como Hospital de Varsovia) de Toulouse, donde atendió a muchos refugiados españoles. _______________ 4. Mary Nash: historiadora, fundadora del Centro de Investigaciones Históricas sobre la Mujer de la Universidad de Barcelona, presidenta de la Asociación Española de Investigación de Historia de las Mujeres y coeditora de Arenal, Revista de Historia de las Mujeres. Su libro ha sido traducido al francés con el título Femmes libres. Mujeres libres: España 1936-1939. La Pensée Sauvage, 1977. 5. Martha A. Ackelsberg, licenciada en Ciencias Sociales, máster y doctora en Filosofía Política, es profesora e investigadora del Smith College de Northampton (Massachusetts) en Estudios de la Mujer y el Género e historiadora, autora de Free Women of Spain: Anarchism and the Stuggle for the Emancipation of Women. racinesetbranches.wordpress.com/anarcha/mujeres-libres/ Mary Low (14 de mayo de 1912-9 de enero de 2007), escritora anglo-australiana que se afilió al POUM en España en 1936. En 1937, publicó Red spanish notebook, elogiado por George Orwell. 7. Miguel Chueca, lingüista de la Universidad de Nanterre y autor de numerosos artículos en Cairn. 8. Concha Liano (24 de noviembre de 1916-19 de abril de 2014), creadora, muy joven, de la Agrupación Cultural Femenina de Barcelona, se incorporó a Mujeres Libres desde su creación y escribió numerosos artículos en su revista homónima.
[1] Lucía Sánchez Saornil (13 de diciembre de 1895-2 de junio de 1970), poeta, anarquista y activista feminista. Miembro de la CNT y de Solidaridad Internacional Antifascista (SIA), es conocida por sus publicaciones en numerosos periódicos. Abiertamente lesbiana, se veía obligada a utilizar un seudónimo masculino para hablar de la homosexualidad, que entonces estaba penalizada y era objeto de censura. Participó en varias revistas anarquistas, como Tierra y Libertad. Exiliada durante un tiempo en Francia, regresó a España en 1942 para escapar de la deportación y vivió escondida hasta 1954. La revista Agone publicó amplios extractos de un artículo de Lucía Sánchez Saornil en Solidaridad Obrera, del 8 de noviembre de 1935, reproducido en Le Monde Libertaire nº 1729 (23-28 de enero de 2014), en el que rechazaba la propuesta de una "página femenina" en Solidaridad Obrera y anunciaba su deseo de crear "un órgano independiente al servicio de los fines que me he propuesto."
[2] Mercedes Comaposada (14 de agosto de 1901-11 de febrero de 1994), abogada, profesora, directora de la revista Mujeres Libres, estuvo bajo la protección del secretario de Picasso en el exilio y participó en revistas durante toda su vida, entre ellas Tierra y Libertad. Por desgracia, sus archivos y el manuscrito del libro que quería publicar han desaparecido.
[3] Amparo Poch y Gascón (15 de octubre de 1902-15 de abril de 1968), una de las primeras mujeres en licenciarse en medicina, a pesar de su origen humilde. Escribió En la vida sexual de las mujeres, un libro en el que abogaba por la libertad sexual y la bisexualidad. Terminó su vida en el exilio en Francia, tras muchos años de servicio en el Hospital Joseph-Ducuing (antes conocido como Hospital de Varsovia) de Toulouse, donde atendió a muchos refugiados españoles.
[4] Mary Nash: historiadora, fundadora del Centro de Investigaciones Históricas sobre la Mujer de la Universidad de Barcelona, presidenta de la Asociación Española de Investigación de Historia de las Mujeres y coeditora de Arenal, Revista de Historia de las Mujeres. Su libro ha sido traducido al francés con el título Femmes libres. Mujeres libres: España 1936-1939. La Pensée Sauvage, 1977.
[5] Mary Low (14 de mayo de 1912-9 de enero de 2007), escritora anglo-australiana que se unió al POUM en España en 1936. En 1937 publicó Red spanish notebook, elogiada por George Orwell.
[6] Miguel Chueca, lingüista de la Universidad de Nanterre y autor de numerosos artículos en Cairn.
[7] Concha Liano (24 de noviembre de 1916-19 de abril de 2014), fundadora muy joven de la Agrupación Cultural Femenina de Barcelona, se unió a Mujeres Libres en sus inicios y escribió numerosos artículos en su revista homónima.
Traducido por Jorge Joya