Atardeció sin ti. De los cipreses... a las torres, sin ti me estremecía. Qué desgana esperar un nuevo día sin que me abraces y sin que me beses. A fuerza de tropiezos y reveses la piel de la esperanza se me enfría. Qué agonía ocultarte mi agonía, y qué resurrección si me entendieses. Atardeció sin ti. Seguro y lento, el sol se derrumbó, limón maduro, y a solas recibí su último aliento. Quién me viera caer, lento y seguro, sin más calor ni más...