Podríamos decir que nada es lo que parece en Nega y Posi, pero no sería del todo exacta. Evidentemente, Harada es un autor sorprendente a todos los niveles, que busca impactar con ideas muy, muy locas, pero sí hay algo que responde a lo que esperamos: los dos volúmenes contienen historias cortas con una fuerte y explícita base sexual, básicamente homosexual. Pero si decimos que nada es lo que parece es porque da la sensación de que este díptico va a tener algo que ver entre sí, y en realidad no. Al menos, no en sentido estricto.