Desde que llegó la catástrofe meteorológica a Valencia, tengo una sensación de horror difícil de controlar. La avalancha de influencers, youtubers y vividores aportando su visión sobre lo que allí ocurre, una visión apuntalada en el altísimo concepto de sí mismos que tienen y, para qué negarlo, en las ansias de amasar dinero, ha calado profundamente en el imaginario colectivo incluso entre quienes no son muy asiduos a las idioteces habituales de esta gente. Estos días hemos visto cómo funcionará el mundo cuando los idiotas lleguen al poder.
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Otro día hablaremos de los seguidores y papagayos de estos miserables.
¿quien es más loco? ¿El loco, o el que sigue al loco?
como cualquier producto, desde el primer día en que la información se convirtió en algo canjeable por poder/riqueza, fué víctima de las falsificaciones.
el problema es que en la actualidad la capacidad de fabricar información falsa y expandirla es muy superior a las "defensas" del individuo y la sociedad.