Un día, la gente comenzó a desaparecer. Un viejo, una madre, un paseante, sin patrón ni defensa conocida. Simplemente se zambullían en el mar , tomaban una ducha, o se rellenaban un vaso en su cocina y nunca se les volvía a ver. Algo ocurrió: la gente se hizo soluble al agua. Una lluviosa tarde de tormenta o el cruce azaroso con un aspersor de un parque y el cuerpo se volatilizaba en millones de gotitas y un fina arenilla de carbono. Más tarde se acusó a un laboratorio chino, aunque las redes difundieron un video …