El aficionado a los videojuegos de lucha conoce que tras vencer al primer enemigo el siguiente poseerá nuevas habilidades y mayores destrezas en un crescendo de dificultad. El gobierno de coalición ha superado la primera pantalla pero la diversión sólo acaba de comenzar. La jueza del caso 8M contra el delegado del gobierno en Madrid tiró la toalla al ring, primer round, pero no se marchen aún, estamos en el breve descanso entre dos asaltos.
La ventaja con que cuentan los enemigos de este gobierno de coalición es que aunque pierdan pueden hacer subir a la lona a diferentes rivales, y cada vez el luchador es más peligroso. En el primer combate, que narrábamos aquí :www.meneame.net/m/Artículos/caza-mayor-objetivo-sanchez, el personaje, que lucía atuendo con algo de caspa y naftalina ( tricornio y crucifijo) apenas ha podido lanzar un par de directos chapuceros bajo el disfraz de informes policiales afinados, suficientemente potentes para tumbar a un podemita o a un indepe, pero carentes de punch contra alguien que, aún con la mojigatería de un Marlaska, dispone del superpoder de cesar y nombrar en el B.O.E.
El nuevo rival ahora exhibe mucha más musculatura, ni punto de comparación: la CEOE ha convocado a una cita a todos los grandes empresarios españoles que durará nada más y nada menos que diez días, con el fin de plantear “una hoja de ruta común para la reconstrucción“. De aperitivo y antes de tan larga cita ya han adelantado un punto de esa ruta común: reclaman al gobierno seguridad jurídica en las relaciones laborales. Llámalo seguridad jurídica cuando quieres decir que la reforma laboral no se toca.
Un segundo movimiento reciente es el cambio de la dirección de El País, sale Soledad Gallego-Díaz y entra Moreno, o como dijo alguien, sale Soledad y entra Ciudadanos. La sensación general entre los periodistas es la misma , Felipe González y el Banco de Santander han decidido que PRISA no iba a mantenerse al margen del esfuerzo por desalojar a Podemos de este gobierno. Al fin y al cabo, ha debido de pensar la Botín, si me compro un periódico ruinoso es para utilizarlo.
Un tercer movimiento: el PP ha votado en Europa a favor de que las ayudas a España, los famosos cien mil millones sean condicionados, es decir, que se exijan a cambio recortes, control del gasto y reformas, dicen, adecuadas.
Porque el fondo de lo que está en juego es este: cómo y quien va a decidir sobre esos cien mil millones de euros de ayuda europea. Como decía Javier Perez Royo en una entrevista en VilaWeb, lo que preocupa a los grandes empresarios, banqueros y fondos de inversión con intereses en este maltratado país es que el gobierno pueda tomar decisiones sobre cómo se utiliza esta enorme ayuda. pues no parece necesariamente inclinado a tener en cuenta las hojas de balance de las grandes empresas como prioridad, y es mucho dinero para dejarlo pasar sin luchar por ello.
En esto el Partido Popular ejerce con una fidelidad perruna de palanca política de los intereses económicos de estos grupos de poder, españoles y transnacionales: la perspectiva de que un gobierno de izquierdas pueda tomar decisiones “populistas” sobre tal flujo de capital le parece tan espantosa que ha optado por la única solución: que Europa nos ahorme con condiciones tan estrictas como sea posible, seguros que estas condiciones se regirán por el paradigma neoliberal que domina en las grandes instituciones internacionales (FMI, Bundesbank, Banco Mundial) y por tanto, de forma inevitable, estas condiciones y exigencias coincidirán mágicamente con las que le convienen a estos poderosos señores que barruntan ahora el peligro de no ser muy bien escuchados, como tienen por costumbre.
En definitiva, una vez acabado el episodio chusco del guardia civil y la jueza del Opus se abre el juego de las ligas mayores, en la que se arriesga dinero de verdad, y en este terreno podemos esperar ferocidad y altas apuestas. El control de los medios que tiene el PP le permite silenciar su escandalosa alianza con los halcones neoliberales del norte de Europa; quizá la cabeza de la anterior directora de El País haya terminado de rodar porque este cinismo del Partido Popular en Europa ocupó titular y un par de columnas en el periódico hace unos días.
Y es que el patriotismo de nuestra élites acaba exactamente donde se ve amenazada la cuenta de resultados de las empresas que les ingresan las rentas y los dividendos a ellos y su clase.