Llegó precedida por la madre de todas las campañas publicitarias. Era lo nunca visto, un llamativo despliegue de medios para una historia de ciencia ficción épica, grandiosa; era la miniserie que iba a sacudirnos en nuestros sofás. Si tenías un televisor en casa, tenías que ver eso. Ahora quizá no nos parezca para tanto, pero cosechó un enorme éxito. La miniserie original, de dos largos episodios, supuso todo un acontecimiento que la gente comentaba en el trabajo o en el bar, como si fuese un partido de fútbol.