El hallazgo se produjo en el Parque Nacional Toro Toro, de Potosí, Bolivia. "Se trata de dos rastrilladas (seguidillas de pisadas), una de cuatro pisadas y otras de tres, que se encuentran muy bien preservadas", dijo a LA NACION la licenciada Silvina de Valais, icnóloga del Museo Paleontológico Egidio Feruglio, de Trelew, que participa del estudio de las pisadas.