Una joven fue abordada en un sanatorio rosarino (Santa Fe, Argentina) por un uniformado que la observó en actitudes sospechosas. Después de varias preguntas, la mujer reaccionó con una inédita agresión. Se levantó la remera, se apretó un pecho y le llenó la cara de leche al sorprendido agente. La llevaron detenida, pero la debieron soltar: el particular ataque no está contemplado en el Código Penal.
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