Filopemén entró en la Historia propiamente dicha a los treinta años de edad, en el 223 a.C., cuando su ciudad quedó sitiada por las fuerzas del rey espartano Cleómenes III. El monarca había recuperado el trono en difíciles circunstancias, tras haber tenido que ir al exilio con su padre, y ahora trataba de impedir la tendencia centrífuga de varias polis arcadias y una declaración de guerra de la expansionista Liga Aquea, una confederación formada por las polis peloponesas de Sición, Argos, Corinto, Megara, Trecén, Epidauro...