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Así se salvó Viena de los dos asaltos de Solimán el Magnífico

En 1521 la situación era muy distinta. Una Hungría debilitada, con su joven soberano, Luis II Jagellón, socavado por la nobleza, rindió la ciudad de Belgrado a los jenízaros tras un mes de asedio. Un año después, en el verano de 1522, el sultán tomó y expulsó de la isla de Rodas a los caballeros hospitalarios de San Juan. Más tarde, mediante un eficaz despliegue diplomático con Francia, se alineó con aquellos que estaban enfrentados a los Habsburgo: el papado, la propia Francia, Inglaterra, Venecia, Florencia y Milán.

| etiquetas: viena , dos asaltos , solimán el magnífico
La Europa de principios del siglo XVI se caracterizó por la enorme concentración de poder que ostentaban dos grandes imperios: el de los Habsburgo y el otomano. La rivalidad entre ambos estaba personificada en sus máximos mandatarios. Carlos de Austria fue elegido sacro emperador en 1519, tras el fallecimiento de su abuelo Maximiliano I. Solimán el Magnífico, por su parte, se convirtió en sultán de la Sublime Puerta tras la muerte de su padre Selim I.

Desde la antigua capital de Bizancio eran…   » ver todo el comentario
#1 Se lee sin problema en el modo lectura del navegador. Y #4 ha copiado en su comentario el texto íntegro.
Y gracias a eso se inventaron los croissant.
Muro de pago.
Los gabachos, como siempre, poco de fiar.
Menee demasiado pronto. #0 vanguardia v amarilla, muro de pago.
#2 Yo lo leo sin problema.
Tan magnífico no sería, si no entró en Viena.
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menéame