Vivimos en un país en el que llamamos conciliar a dejar a tus hijos en el colegio desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde, en jornadas más largas que las que corresponden a un adulto que trabaja. Conciliar no es no ver a tu familia en todo el día y que a tus hijos les den desde el desayuno hasta la merienda personas que cobran por ello. Los permisos por maternidad y paternidad son ridículos, sin sentido y sin que los tiempos que disponen tengan el mínimo aval científico o indicio de sentido común. España no es país para tener hijos.
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etiquetas: no es conciliar , guarderías , aparcar , permiso , maternidad , paternidad
Lo que debió ser la igualdad laboral entre hombres y mujeres que podría haber facilitado la conciliación en las familias se tornó en guerra interclase que sólo ha beneficiado a los de siempre. Y aquí estamos, con hombres y mujeres compitiendo para no llegar a fin de mes y los niños siendo educados (no formados) por YouTube.
La familia duplicó su productividad para ser esclava del sistema.
Hay que darle una vuelta total a nuestra forma de vida, a nuestra forma de trabajo, ser más humanos, tener tiempo para cuidar a nuestros hijos (poder tenerlos si queremos) y atender a nuestros mayores sin necesidad de aparcarlos en las "guarderías" esas que se llaman residencias. El problema es el cómo lo hacemos...
Teletrabajo, trabajo por objetivos, reducciones de jornada y excedencias con reserva del puesto de trabajo reales y sin consecuencias...
No es excluyente y no perjudica a nadie pedir derechos para las familias, lo que hay que hacer es unirse en las reivindicaciones, no poner más obstáculos inventando requisitos extra.
Repito, si los derechos son para unos pocos, que no esperen el respaldo de todos. Porque hay que ser realista. El mercado español no está compuesto de grandes super empresas, son pymes y minipymes. En el primer curro que tuve se daba preferencia a los que tenían hijos en… » ver todo el comentario
Los derechos no son para quien los pide, eso para empezar. Yo escribo desde el ámbito educativo y eso no excluye a nadie. Si quieres hablar de los derechos de todos y de la conciliación social, escribe un artículo. Te votaré positivo y te apoyaré.
O todos o ninguno es una excusa. O te empujas o te quedas sin. Eso de que luchen otros por lo mío también nunca ha funcionado. La conciliación para todos es vital, estoy de acuerdo, ergo luchemos todos. Si no, no exijas nada a nadie que no seas tú mismo. Empieza escribiendo, no es poco.
Gracias por darme la razón. Efectivamente, pedir que todos luchen para que unos pocos tengan derechos extra nunca ha funcionado. Y mientras se hable de la conciliación entre vida personal y laboral de los menos pero pidiendo que otros la exijan, mal vais porque no se va a dar. Si el foco se centra en la necesidad de todos de tener vida privada, ya te digo que de golpe la inmensa mayoría se une. Por eso te decía en el primer comentario que hay que plantear bien las estrategias. Y decir sólo me.importa lo mío no es buena.
Al revés, todos luchando, no unos luchando y otros quejándose.
Por cierto, familia tiene todo el mundo, no sólo quién tiene críos pequeños.
Repito, dado el tejido empresarial y productivo español, cuando se hacen ajustes para unos pocos pringan otros. Que no se quiere ver? Maravilloso. Allá cada cual con qué molinos decide batallar.
Obviamente, con quién se dedica a faltar al respeto no es interesante hablar, pero te diré que una propuesta que pretenda flexibilidad laboral sólo para quien tenga hijos no la defiendo, ni ayudo, ni arrimo el hombro y cargaré contra ella. Quizá así te quede más claro a qué me refiero con o todos o nadie.
No te molestes en responder, porque me ha quedado claro lo que tienes que decir y no me interesa.
Lo que no te interesa es que te repita que no rebates nada, te inventas que defender los derechos de las personas que tienen hijos es negar los de las personas que no los tienen. Cuando los médicos hacen huelga no perjudican a ningún otro trabajador. Ni cuando los estibadores. Ni cuando los maestros. Lo que te perjudica es que tú no hagas nada y te quedes parados, no que otros se muevan.
Y ahora sigue con las manos tapadas gritando que no me escuchas.
Maria Dalla Costa y Silvia Federici.
Saquen ustedes las conclusiones.