Manel Garcia Grau, profesor y poeta, murió prematuramente a los cuarenta y cuatro. En el pueblo le pusieron su nombre a la biblioteca y, de vez en cuando, se acuerdan de él. El pasado otoño un colectivo artístico pintó y esculpió sus poemas. El 19 de mayo de 1993, dos amantes, el serbio y ella musulmana, cayeron ante los francotiradores. Sus cuerpos, abrazados, permanecieron dos días en la calle y el poeta escribió. En un rincón de la exposición, unos versos: Al bell mig d'un carrer prohibit…