Los negocios son los negocios. Cuando estalló la invasión de Rusia a Ucrania y la Unión Europea implementó las duras sanciones al crudo ruso, Noruega irrumpió con grandilocuentes frases, asegurando que estaba ahí para salvar a Europa de una crisis energética, poniendo a disposición de la UE su petróleo y gas. Una bonita historia que era un tanto exagerada, puesto que el petróleo y gas de Noruega es insuficiente para cubrir la demanda europea. Hoy, Noruega está haciendo lo opuesto. Ante la subida de precios de la electricidad a nivel doméstico,
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En la UE no cabe en la cabeza que sean tan idiotas, tienen que estar a sueldo de Washington.
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Por otro lado, Noruega (producción hidroelectrica barata) se beneficia enormemente de la conexión con Europa a precios altos, otra cosa es que esos beneficios no se trasladen a sus consumidores.