Según ha informado la USC, el proceso consistiría, según evidencias del estudio, en que los antígenos del SARS-CoV-2 "secuestran" la proteína oncosupresora p53 llevando a su degeneración por daño oxidativo.
De esta forma, según los investigadores, el SARS-CoV-2 aprovecharía las vías controladas por p53 durante la fase de infección, eludiendo las respuestas inmunitarias. Así, esto podría implicar que la inhibición a largo plazo de esta proteína por parte del SARS-CoV-2 podría ser un factor de riesgo de carcinogénesis.
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Desde 21:49 UTC