Cuidado con la inmigración (desde una perspectiva de izquierdas)

En el debate que se está produciendo en los medios públicos por el drama de los migrantes que se juegan la vida en aras de una vida mejor, falta un análisis profundo. Lo que era de esperar. Pero me duele más que de nuevo en gran medida la izquierda está a verlas venir, sin salir de lugares comunes y a la deriva política. Por supuesto, los migrantes son seres humanos que merecen los mismos derechos que yo o que cualquiera, pero si no se estudia el fenómeno con todas sus derivadas, no vamos a solucionar nada. Y lo pagará la gente que viene de fuera y todos los demás.

Filósofos (y por tanto analistas políticos) de la talla de Jesús Mosterín decían que una cosa es cómo son las cosas y otra cómo nos gustaría que fueran. De hecho para conseguir lo segundo, necesitamos mirar objetivamente a lo primero, aunque sea doloroso. En lo que se llama (mal, pero ese es otro tema) países desarrollados, hay una crisis de natalidad. En parte por el modelo laboral: estresante, corto economicamente y difícil de conciliar con ocio o familia. En este contexto, muchos empresarios, para mantener el modelo de precariedad que tenemos, necesita al inmigrante. Éste está mucho más dispuesto a echar muchas más horas y cobrar menos en sectores como la construcción o la hostelería (los cuales por cierto son uno de los tumores de nuestro modelo productivo). El migrante no tiene la culpa, está desesperado y viene de situaciones en ocasiones de mera supervivencia. Pero el político sí y mucha, porque tiene que proponer alternativas, o seguirá creciendo el voto a la extrema derecha como voto protesta. Y entonces vendrá Pedro Sánchez diciendo que él nos defenderá y en realidad estaremos perpetuando un sistema que nos ha llevado a la actual crisis social y ecológica.

Bien, pero entonces ¿qué proponer? Desde luego no simplemente decir que necesitamos a los inmigrantes para pagar las pensiones, porque puede ser verdad pero también estamos obviando que los necesitamos para mantener una estructura económica que nos ha llevado a una crisis social. El auge del populismo y la crisis de natalidad solo son un par de síntomas al respecto. Lo que hay que hacer es, en efecto, considerar irrenunciables los derechos de los migrantes, pero también implementar YA el ingreso mínimo vital (y no la pantomima inútil que hay ahora). Con él todos tendremos una base de subsistencia y el empresario deberá contratar, migrantes o no migrantes, con un mínimo de dignidad que hará más difícil que los de abajo nos enfrentemos por las migajas o nos peleemos solo por existir. Entonces igual la hostelería y la construcción serán insostenibles en el modelo actual y Florentino Pérez estará muy triste y no invitará a ministros al palco del Bernabeu. Pero creedme, eso serán buenas noticias.

Y no quiero historias de que es muy difícil y que imposible y que no sé qué. Legislativamente es muy posible, sólo hay que ver como Puigdemont, un señor muy de derechas, se ha sacado una amnistía por el rostro. Pedro Sánchez es capaz de cualquier cosa por estar de presi y es más importante el ingreso mínimo que muchas otras cosas. Si no quiere y hay elecciones y gana la derecha, la culpa será de él y de los que no implementan medidas progresistas estructurales de verdad. Habrá que aguantar el tirón y salir a la calle si hay ilegalidades pero el próximo Pedro Sánchez ya sabrá lo que hay: o políticas de izquierdas de verdad o no vengas conque eres progresista, así que ya sabes lo que toca para formar gobierno. Por otro lado las cuentas salen. Los muchirricos no lo podrán ser tanto, pero los estudios demuestran que evitando gastos superfluos, medidas así son buenas para la economía: la gente es feliz, tiene más ocio, gasta más, etc. Incluso se acaba contratando más en base a estudios en Finlandia:

The final results from Finland’s experiment are now in, and the findings are intriguing: the basic income in Finland led to a small increase in employment, significantly boosted multiple measures of the recipients’ well-being, and reinforced positive individual and societal feedback loops.

www.mckinsey.com/industries/social-sector/our-insights/an-experiment-t

Por supuesto es un país, aunque de entidad, pero ya nos está indicando que al menos (como sucede con el tema de la legalización de la marihuana) los datos iniciales son positivos.

Así que amigos y amigas, o afrotamos los problemas como lo que son y no como lo que nos gustaría que fueran, o luego lo de siempre: que si jueces fachas y que si PP malo. Ya, pero el papel del político de izquierdas es (siguiendo un famoso discurso) hacer las cosas no porque son fáciles, sino porque son difíciles. Pero no queda otra porque aunque complicado, lo que necesitamos es un mundo mejor.