No ama a Rusia como lo hizo su abuelo. Por el contrario, le provoca alergia. Pero Esteban Volkov, nieto del revolucionario León Trotsky y único testigo viviente del asesinato del líder socialista, lleva en su sangre roja ciertos genes de una familia tan perseguida como diezmada, que aún hoy, a los 80 años, continúan activos. "He vivido todo el asedio, toda la persecución estalinista, vil, cruda, de mentiras en la que estábamos envueltos. Burdas falsificaciones... y considero que es muy importante reestablecer la verdad histórica", declaró.