Si preguntásemos quién era la persona más rica del mundo en la primera mitad del siglo XIX, probablemente muchos pensarán en la reina Victoria o algún multimillonario estadounidense tipo Vanderbilt, Rockefeller, Morgan o Ford. Una y otros se quedaban muy debajo de un mercader chino que les hacía préstamos y llegó a acumular el equivalente a ocho mil millones de dólares comerciando con té y opio. Se llamaba Wu Bingjian, más conocido como Howqua.
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