El barco de mi tía, anclado en el Golfo de Vizcaya, parecía embrujado por las misteriosas luces nocturnas. Mi tía, bióloga marina, investigaba la enigmática sima de Arkaun, conocida como la Sima de los Ahogados, donde varios nadadores habían desaparecido. Aunque prometí no involucrarme, la curiosidad me llevó a esconderme en su batiscafo. Durante la inmersión, algo gigantesco y aterrador nos acechó desde las profundidades. Aunque sobrevivimos, las pesadillas sobre la criatura de las profundidades aún me persiguen.