Hace unos cien años que los caballos salvajes llegaron al desierto de Namibia: habían escapado de un criadero que había junto al desierto, después de que el dueño se fuera el país. Quedaron abandonados a su suerte en un escenario extremo y, sin embargo, sobrevivieron. Aquel territorio que ocuparon los caballos, ahora forma parte del Parque Nacional de Namib-Naukluft, donde fue tomada esta fotografía, pero el peligro continúa. En los últimos años, su población ha experimentado grandes decrecimientos, que se atribuyen principalmente a la sequía y