Empecé a trabajar a los 18 años y ahora tengo 53. En realidad, debería decir que empecé a cotizar a los 18, porque antes ya “ayudaba” tras el mostrador del negocio familiar. Hace cinco años, empujado por la crisis y atraído por razones personales, vine a vivir a la isla de La Reunión, un departamento francés de ultramar que está entre Madagascar y Mauricio. Al cabo de un tiempo conseguí un trabajo, un buen trabajo. Y la vida iba más o menos bien, con la vista puesta ya en una jubilación cada vez más próxima, porque trabajar cansa.
El 27 de octubre hará dos años que la enfermedad hizo su aparición. Se presentó como una lumbalgia, pero se prolongó en el tiempo y no mejoraba. Es cierto, descubrieron dos hernias discales, pero había algo más. Tengo una neuropatía. En concreto, una polirradiculoneuropatía desmielinizante inflamatoria crónica. Oh, sí, crónica. Eso no estaba previsto.
Os ahorraré los detalles. La gente que cuenta sus penas resulta siempre un poco cargante, lo sé. Hoy estoy físicamente mejor que hace dos años, o será que a todo se acostumbra uno. Tengo reconocida una discapacidad del 79%, tal vez porque a partir del 80% tienes derecho a una pensión de invalidez, así que todo lo que puedo hacer es aparcar en las plazas reservadas a los minusválidos.
Y he perdido el trabajo. Desde el 15 de julio estoy sin trabajo y sin derecho a paro. Y eso tampoco estaba previsto. He pedido las ayudas sociales a las que tengo derecho y estoy buscando trabajo, claro. Las ayudas sociales tardan en llegar y yo he tardado en pedirlas. En cuanto al trabajo, creo que estoy en el único sitio de Europa que tiene incluso más paro que España. Así que he decidido crear una empresa. No es la primera vez que lo hago en mi vida, pero sí es la primera vez que lo voy a hacer en un país extranjero, alejado de mi entorno y con la cuenta en números rojos.
Necesito ayuda. Me da vergüenza pedir ayuda, pero llega un momento en el que la necesidad es más grande que la vergüenza. He dejado de fumar porque no podía pagar el tabaco. Mi familia ha llegado hasta donde ha podido, pero a mí se me empiezan a acumular las facturas impagadas y no sé de qué voy a vivir el mes que viene.
Nada de esto estaba previsto. Pero es que la vida, según parece, no se comporta de acuerdo a nuestras previsiones. Si queréis ayudarme (pero solo si podéis hacerlo) podéis poneros en contacto con @Jagüi o @fragedis . Ellos os dirán qué hacer. Y si necesitáis más información o detalles acerca de mi situación, os los puedo dar por privado.
Sea lo que sea lo que hagáis, os doy las gracias por anticipado. Por haberme leído, por difundir esto y por estar ahí. A todos, porque contar las penas alivia y nadie es completamente malo todo el rato. Ni siquiera yo.