"La ultraderecha, proyecta una energía instintiva, de fuerza, de masculinidad, que les resulta atractiva".“La izquierda se ha vuelto demasiado racional, está paralizada y ha perdido su fuerza instintiva, algo crucial para enfrentar esta nueva forma de fascismo”. "Gran parte de la responsabilidad recae sobre los neoconservadores, las escuelas de economía y el mundo del neoliberalismo. Un sistema que ha perdido de vista los valores humanos, abrazando una visión donde el más fuerte siempre tiene la razón y triunfa, sin importar las consecuencias".