Se sabe desde hace mucho tiempo que existe una interacción compleja entre los factores genéticos y las influencias ambientales en la configuración del comportamiento. Recientemente se ha descubierto que los genes que gobiernan el comportamiento en el cerebro operan dentro de redes reguladoras flexibles y contextualmente sensibles. Sin embargo, los estudios convencionales de asociación de todo el genoma (GWAS) a menudo pasan por alto esta complejidad, particularmente en humanos
dx.doi.org/10.1371/journal.pbio.3002510