Los hechos tuvieron lugar en junio de 2014, cuando un vigilante de seguridad de una empresa ubicada en un polígono industrial requirió la presencia de la Policía Local ante la entrada de dos hombres. Una patrulla de dos agentes acudió al lugar. Al ver al individuo, los agentes le dieron el alto pero este huyó corriendo. Tras perseguirle y atraparle, el condenado, “durante todo el proceso de reducción”, actuó “menospreciando” el protocolo policial y le manipuló el cuello hasta asfixiarle.
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