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Un nuevo y excepcional fósil de pez nos hace repensar cómo la geología de la Tierra impulsa la evolución

La mayor influencia en la evolución del celacanto no fue la temperatura del océano ni los niveles de oxígeno, sino la actividad tectónica. Cuanto más se movían las grandes placas de la corteza terrestre, más probable era que aparecieran nuevas especies.

| etiquetas: arqueología , fósil , celacanto , evolución , geología

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