Si entras a un baño público, escoge el primer váter, donde habrán menos gérmenes. Esto es debido a la tendencia a escoger las tazas más alejadas. El problema es que estos váteres no tienen tapa. Cuando tiras de la cadena, pequeños detritos salen despedidos estampándose en la taza, las paredes y el suelo. Esto crea un inóculo de 500-2000 bacterias/cm2 en la taza. Ojo, en nuestra mano hay cientos de miles de bacterias/cm2 pero forman parte de nuestra flora habitual, no de las heces de otras personas. Pero lo peor es el lavabo.
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