La compañía escocesa Glenfiddich ha desarrollado un biogás con los residuos de su producción de güisqui que aseguran que reduce la emisión de CO₂ en un 95% respecto a otros combustibles fósiles
Pero es un vehículo con motor de combustión condenado a la desaparición antes de 2050, aunque contamine poco, o casi nada. Posiblemente produzca también NOx.