Esa idea generalizada del alfa y la coordinación por mando, tan atractiva para muchos, no es realista. Los lobos no funcionan así. Muy al contrario, la coordinación de la manada no parte de un solo individuo, sino de un patrón emergente que surge de decisiones individuales dependientes del comportamiento del resto de los miembros. Según los investigadores, el lobo puede llegar a transmitir información fundamental a sus congéneres a través de la señalización por heces.
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Bueno, no, yo me comunico vía gas.