Ya habíamos hablado de un sultán que intento destruir varias pirámides, la diferencia con Ferlini es que este poseía explosivos. El médico no era alguien ya de por si con mucho honor, en un principio se había asociado como mercenario al ejército de Egipto durante la Conquista de Sudán, y tras conocer a un mercader y traficante de reliquias albanés llamado Antonio Stefani desertó en 1834 para organizar una expedición hacia la necrópolis de Meroe. No eligió las pirámides a demoler al azar sino que eligió las que estaban en mejores condiciones.
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