Aunque leer en la cama es un placer, no siempre es fácil hacerlo bien. Y es que al problema ya solventado de tener luz directa para iluminar el libro, se le añade otro: el de sujetar bien el libro para que no se te cansen los brazos. Especialmente cuando el volumen es una historia militar del Imperio romano o de Bizancio.
|
etiquetas: cojín , lectura , libros , cama