No sé, a mí el calor me sube el ánimo un montón, me encanta. Echo de menos los días que se sobrepasan los 40 grados y luego la noche no baja de los 25. Me doy paseos nocturnos especialmente tranquilos esas noches, a las tantas de la madrugada. Ahora me doy los paseos más fresquitos, pero sin tanta sensación de dicha y plenitud como cuando hay buen calor. Me encanta el calor, la verdad, pero cada uno tiene sus gustos, supongo.
A mi me pone de buen humor, claro que no tengo que trabajar en una obra a pleno sol.
No hay que confundir casualidad con causalidad.