Solo unos minutos antes, Djokovic se había quejado de exactamente el mismo dolor, casualmente, cuando Carlos Alcaraz mejor estaba jugando, lo que obligó a parar el partido y, por ende, cortó el buen ritmo del tenista español. Un gesto que en redes sociales fue interpretado como una burla de Alcaraz hacia Djokovic por un supuesto comportamiento -el de casi fingir una lesión- que dejaría mucho que desear de ser cierto. Eso sí, cabe destacar que, en un breve momento del cuarto set, el serbio volvió a hacer gestos de dolor.