Muchas personas piensan que si dejan de fumar engordarán. Es cierto que esto puede ocurrir, pues la ansiedad por el tabaco puede transformarse en ansiedad por la comida. Un nuevo estudio, recién publicado por científicos de la Universidad de Copenhague, pone de manifiesto un aumento de la grasa abdominal asociado al consumo de tabaco. Sobre todo aumenta la grasa visceral. Las altas concentraciones de esta grasa se asocian a multitud de enfermedades, sobre todo cardiovasculares y metabólicas, como la diabetes.