“Nuestro artículo demuestra que las técnicas estadísticas avanzadas, en particular el aprendizaje automático, tienen el potencial de identificar precursores de terremotos de gran magnitud mediante el análisis de conjuntos de datos derivados de catálogos de terremotos”, afirmó Girona.
Se centraron en dos grandes terremotos: el terremoto de Anchorage de magnitud 7,1 de 2018 y la secuencia de terremotos de Ridgecrest, California, de magnitudes entre 6,4 y 7,1 de 2019.
dx.doi.org/10.1038/s41467-024-51596-z