Pese a que teóricamente el estado autonómico lleva funcionando desde 1979, nunca tuve claro hasta qué punto las distintas autonomías son autónomas. Es una ignorancia que, por lo visto, comparto con un buen montón de españoles, entre ellos varios presidentes autonómicos, los cuales no saben muy bien para qué les votaron, aparte de para vivir de la sopa boba como príncipes consortes. Hay que entender la angustia que supone cobrar un pastizal inmenso sin tener la menor idea de por qué, como si te tocara la bonoloto cada mes.