Hacen lo que de costumbre en estos casos, detienen a una persona de los manifestantes al azar entre la multitud con intenciones varias, amedentrar al resto de manfifestantes e incluso provocar más violencia y más detenidos al azar en el proceso. Juegan con ventaja porque supuestamente disponen del monopolio de la violencia y por supuesto de las porras, los spray pimienta y demás material que por regla general está prohibido para el resto de mortales.