Por un lado la buena gente que fue a Valencia a ayudar. Pero el destino de cualquier pueblo, es que suele estar en manos de personas faltas de la ética más elemental y con fuertes componentes narcisistas; de gentes ambiciosas, mentirosas, hipócritas, incompetentes, ambiciosas, advenedizas, arribistas, oportunistas, conservadoras y ultras, capos mafiosos o criminales, y no por último, de psicópatas sociales y emocionales