En los últimos tiempos, veo aflorar dos ideas que me parecen, cuando poco, inquietantes: plandemia, y teatro pandémico. Las dos pasan por un punto común: que aquí hay algo que no funciona y que se están dando palos de ciego buscando, ante todo, que el coste sea mínimo para los administradores de la vida pública. Por eso, por una vez, no se ponen de acuerdo en cómo salvar su culo mientras toman el nuestro en propiedad, o en usufructo, según los casos. Como amigo de la reflexión que soy, aunque no por ello me …