Hablar de legalizar la prostitución, vientres de alquiler, venta de sangre, óvulos, pelo o incluso órganos vitales. Mercantilizar el cuerpo.
Es un debate peliagudo donde es difícil ponerse de acuerdo. Algunas personas, las más liberales en el sentido moral de la palabra, dirán que cada persona es libre de hacer con su cuerpo lo que quiera. Otras querrán prohibirlo, con argumentos cortos pero muy razonables.
He identificado dos tipos de argumentos en favor de la prohibición de la mercantilización del cuerpo:
- Las personas más desfavorecidas serían explotadas por las personas más pudientes.
- Nadie querría que su madre, su hermana o su hija fueran putas, ¿por qué legalizarlo?
Empezaré por el último porque creo que es más simple: yo no querría que mi hermana fuera puta, pero si mi hermana es una persona madura, sin problemas económicos y quiere prostituirse para ganarse la vida con ello, sin estar coercionada por nadie, ella debería tener derecho a hacerlo ¿tenemos consenso en ese aspecto desde los diferentes frentes? De hecho, no vemos mal el trabajo de las actrices o actores porno, y al fin y al cabo no es más que una mercantilización del cuerpo similar (aunque no igual) a la prostitución; supongo que asociamos el ser actriz porno con tener dinero y tener libertad de decisión. ¿Me equivoco?
Respecto al primer argumento: implícitamente se admite que la mercantilización del cuerpo no es el problema en sí, sino el posible aprovechamiento que unas personas puedan hacer sobre otras que atraviesan problemas económicos o sociales. Por lo tanto, el problema real no es la mercantilización del cuerpo, sino la pobreza. ¿Por qué luchar contra un problema ilusorio y artificioso? Que el Estado se ponga un venda moral no hará desaparecer el problema, sea legal, alegal o ilegal; hoy la prostitución es ilegal y se sigue practicando en todos y cada uno de los países del mundo.
Si la mercantilización fuera el problema: ¿dónde ponemos el límite a la mercantilización del cuerpo? ¿Está bien salir en PornHub teniendo sexo con un desconocido y ganar mucha pasta con tu cuerpo pero está mal tener sexo con un desconocido si lo haces en su coche sin ser grabada y por 50 euros? ¿Está mal salir en vídeos porno pero está bien salir en una superproducción de Hollywood mostrándolo todo en una escena softcore? ¿Está bien que te den 900€ por donar óvulos pero mal que te los den por donar sangre? ¿Está bien ser parte de un ensayo clínico para el desarrollo de un medicamento pero está mal dejarte pegar por un sadomasoquista?
Quizá, en todo este escenario, echo en falta un artefacto fundamental: una institución o tercera parte que pueda juzgar si un contrato se hizo o no bajo coerción, evaluando incluso posibles estafas o compensaciones injustas por parte del cliente. ¿Tenemos ya esa institución? ¿Cómo podría usarse para legalizar la mercantilización del cuerpo?
Y la pregunta fundamental de toda esta problemática: ¿es justa la prohibición de la mercantilización de tu propio cuerpo, independientemente de los factores externos que te lleven a ello?