Mi plan original era criar a mi hijo haciendo que pensara que estaba viviendo una simulación por ordenador, pero, tristemente, mi mujer lo vetó. Y cualquier otro potencialmente dañino, pero gracioso, escenario de vida alternativo. Pero me las arreglé para colarle un experimento igualmente. Me encantan los juegos, y yo que nací en la época dorada, quería que mi hijo los amara y los apreciara también. Así que este fue mi experimento: ¿Qué ocurre cuando un niño del siglo XXI juega a través de la historia de los videojuegos en orden cronológico?