El silbo, como su propio nombre indica, es una forma silbada de codificación del lenguaje hablado que sirve para comunicarse a larga distancia, aprovechando la orografía de la Gomera (de valles bastante cerrados y barrancos que quitan el hipo), isla que sus habitantes comparan con un enorme exprimidor. Con condiciones favorables de viento y demás, un mensaje silbado puede recorrer una distancia de 3 ó 4 kilómetros y, teniendo en cuenta que la Gomera no supera los 25 kilómetros de longitud, no sería muy difícil hacer llegar dicho mensaje