En febrero mandé un mensaje público a la influencer Garazi Ortuzar, a raíz de la que denominara «lahijade» [Andoni Ortuzar, presidente del PNV] a su canal de Youtube, en el que lamentaba que ser hija de un político es un «lastre» que le obliga a esforzarse más que los demás. Pues bien. No han pasado ni tres meses y ya tengo que actualizarlo. Y no porque haya publicado más vídeos en su youtube, que no se ha actualizado en cinco meses, sino porque ha entrado a trabajar como «técnico de campañas» en Iberdrola.