Era una noche de tormenta en Caraíva, un rincón paradisíaco en la costa del estado brasileño de Bahía. De repente, se fue la luz. Tardó 36 horas en volver. En el lapso de tiempo en que las farolas tardaron en volver a iluminarse, la pequeña Nayra Gatti desapareció. La adolescente española de 14 años, que vivía con su familia en Brasil desde hacía años, no volvería a ser vista con vida. Era principios de diciembre, y hasta la semana pasada la policía no resolvió el crimen.
|
etiquetas: asesinato , brasil