Voy a hablar sobre algo de lo que todos los traductores nos hemos quejado. Resulta que nos encargan la traducción de un importante videojuego o una película y le ponemos todas nuestras ganas a pesar de que la tarifa podría ser mejor. En la elaboración de ese material audiovisual han participado cien personas y, por supuesto, aparecen en los créditos finales del producto. Por tanto, esperamos ver nuestro nombre ahí… pero la cruda realidad es que no es así.
|
etiquetas: traducción , videojuegos , películas