El Tribunal Supremo ha confirmado la condena dictada en enero de 2009 por la Audiencia Provincial de Barcelona que condenó la propietaria de un local del Raval a cinco años y seis meses de prisión y al pago una multa de 11.250 euros por un delito contra el medio ambiente en concurrencia ideal con tres delitos de lesiones, por los daños psíquicos que causó a sus vecinos, quienes sufrieron insomnio, estrés y depresión.
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