Este truco utilizado en tiendas de motos y cerrajerías es de lo más eficiente gracias a la mina del lápiz, hecha de grafito y arcilla. El grafito, concretamente, actúa lubricante. Y cuanta más proporción de grafito tenga el lápiz, más lubricante (2B o superior). El método es bastante simple. Simplemente tienes que frotar la llave contra la punta del lápiz hasta que veas que una pequeña película en forma de polvo recubre el metal. Luego pasas la llave por la cerradura varias veces y la giras otras tantas.
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