Algún lector recordará que a Phil Ivey le retuvieron el año pasado unos nueve millones de euros que había ganado en el casino londinense de Crockfords, jugando al punto y banca. Harto de esperar el cobro, el estadounidense decidió hace unos días demandar al local, que a su vez ha explicado a través del «Daily Mail» que tiene fundadas sospechas de que el profesional del póquer se aprovechó de un error en el corte o en la impresión del reverso de las cartas.
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