A finales de los años 50, un grupo de jóvenes arquitectos japoneses se mostraba convencido que las ciudades del futuro estarían compuestas por estructuras “vivas”, estructuras grandiosas pero capaces de evolucionar y adaptarse a las necesidades cambiantes de la ciudad y de sus ocupantes. Los edificios fijos y estáticos habían quedado obsoletos. Nació de esta manera el “Metabolismo”, un movimiento arquitectónico del que la Torre Nakagin sería una de sus más conocidas y sorprendentes obras.
|
etiquetas: metabolismo , vivienda , nómada