Sin apenas contacto con la realidad debía dinero a todo el mundo y ni siquiera sabía que había firmado 50 conciertos, pensaba que eran 10. Era capaz de despilfarrar en antigüedades cuando ya no podía pagar ni la limpieza de las habitaciones de sus hijos. La nanny afirma que le ayudaba a menudo a vomitar los cócteles de medicamentos con los que se drogaba y como sus últimos años fueron de hotel en hotel, llegando a alojarse una temporada en casa de un empleado.
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